16 sept 2006

Un dia te acuerdas...

Un día te acuerdas, te dices que levantarás el auricular cuando tengas un rato libre y le marcarás...
Un día te acuerdas, te dices que hoy sí levantarás el auricular cuando tengas un rato libre y le marcarás porque no puede pasar otro día.
Un día te acuerdas, te dices que esta vez será, que hoy será el día en el que te acordarás de llamarle cuando tengas un rato libre.
Un día te acuerdas de que no le has llamado, y te propones hacerlo...
Un día te acuerdas y te das por vencido con los recordatorios.

En ocasiones te armas historias en tu cabeza, motivos que sin querer acusas de ser culpables de la situación, porque no has marcado, aunque te hayas acordado de hacerlo, pero del otro lado tampoco se ha levantado el auricular y entonces despilfarras tiempo y energía en dar excusas a una de las más comunes y naturales acciones humanas.

Al final terminas en la reunión, la fiesta, la celebración o la despedida y te encuentras. Ese es el día, no todos los anteriores donde los propósitos se disiparon con la destrucción de su propia osadía. Entonces es cuando se da de nuevo el regreso, la palabra, y todo. Hablas, resulta que te extrañaban, que extrañas y te resulta particularmente usual, casual, común. Y termina como siempre, deseando verse, deseando ponerse de acuerdo, un día de estos. Y acaba siendo lo mismo.
Un día te acuerdas...

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