31 ago 2006

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Propuesta para evitar el consumo excesivo de alcohol, al reducir el límite de cerveza a un vaso por persona.
¡¡¡Por el bien de todos!!!

solo hoy

Elegir entre dos caminos no siempre es tan blanco y negro. Cuando tú eres gris, los colores de los caminos no son tan relevantes, el problema es que te distingas y decidas ser un color y tomar el camino que no te combina. Da tantas vueltas la rueda, y tan rápido parece caminar el tren, que bajarse para observar desde fuera y subirse más adelante sería para detener a todos. Verla desde fuera, bajarse, uno solo, no creo que valga tanto la pena, como si todos nos bajáramos juntos, unos cinco minutos, y respiráramos para renovar fuerzas y regenerar la perspectiva. Pero ya no habrá la misma luz cinco minutos después para el siguiente paisaje, ni la misma fuerza. Algún bichito habrá muerto en el paisaje mientras otro habrá nacido, pero no será el mismo bicho.

Es como el tema del río, de sí te puedes meter en el mismo dos veces, tanto porque el río cambia, así como la persona.

Hoy no es filosófico, sólo palabras, pero las mismas palabras que se entrecruzan y se hacen marañas en nuestro hablar interior, reflejan la misma indecisión y la misma mezcolanza a la hora de tomar una decisión. No siempre se es tan impulsivo, y reconozco que sigue siendo la tragedia de quienes tanto pensamos la vida... Se nos va parte de ella en pensarla y repensarla, en decidir cuál de las opciones, para así estar concientes de que si nos arrepentimos, no será por no haber tomado en cuenta elr esto.

29 ago 2006

Si quieres hacer reir a dios...


"No sirve la misma forma para todos, cada uno inventa la suya, la suya propia, hay quien se pasa la vida entera leyendo sin conseguir nunca ir más allá de la lectura, se quedan pegados a la página, no entienden que las palabras son sólo piedras puestas atravesando la corriente de un río, si están allí es para que podamos llegar a la otra margen, la otra margen es lo que importa, A no ser, A no ser, qué, A no ser que esos tales ríos no tengan dos orillas sino muchas, que cada persona que lee sea, ella, su propia orilla, y que sea suya y sólo suya la orilla a la que tendrá que llegar." La Caverna, José Saramago

Y sin más, hay días que siento que me quedo varada a la mitad del río, como si aún no encontrara la orilla señalada o mi propia orilla. No estoy en donde estaba, pero no sé en dónde estoy. En algún lugar, dando la vuelta, saludando y flotando, mientras la corriente me lleva y yo trato definirla. Me gana, es grande, a veces turbulenta y en otras tranquila y silenciosa. Siempre da, siempre quita. todo se resuelve y se revuelve. Poco a poco, se levanta la mirada, se ve el mismo cielo, las nuevas nubes, las posibilidades que ahí se refllejan, pero aún no apuntan al camino, ni a la orilla. NO conozco aújn el lenguaje de las estrellas, y no tengo la brújula que me guía a dónde quiero, que no serviría de nada cuanod no lo tengo claro.

27 ago 2006

De las promesas...


Dicen que el tiempo lo cura todo, y al final de cuentas nos quedamos con un puño de momentos incómodos que creemos que ganamos y logramos disimular exitosamente. Pero también es cierto que la persona más fácil de engañar es a uno mismo, y subestimamos el rabillo del ojo observador del otro lado. ¿Por qué le echamos tantas ganas en cumplir nuestra palabra y nuestras promesas a otras personas, y de repente nos olvidamos de las que nos hacemos a nostros mismos?

No hace falta decir "te lo prometo" o "te doy mi palabra", o cualquier otra frase que ponga en jaque a quien deposita una confianza. Entonces, un segundo, así sin mucho más... tan sólo para que se tomen en serio las palabras entregadas. Llega un momento en el que no importa la distancia, ni el tiempo de separación, ni los años de silencio, porque al final de cuentas las palabras fueron dadas, las promesas hechas, y si hay algo que se mantiene es la fidelidad a uno mismo, y esas promesas a veces sin querer, y a veces con más ahínco que ganas, se van llevando a cabo, a pesar de que quien está del otro lado, quien ya olvidó lo dicho, quien tomó las palabras sin mucho interés. Yo aún pongo el dedo en la llaga, y la mano en el corazón, porque aún llevo esas palabras colgadas, y sólo hasta haberlas cumplido, serán liberadas, se escuchen o no.

Pero los sentimentalismos no siempre venden.

26 ago 2006

Extrañar



Extrañar es una palabra que no logro atrapar en todo su contexto. Entre que se trata de echar de menos a alguien o algo, sentir su falta, también es repatriar o extraditar a alguien, también es privar a alguien del trato y comunicación que se tenía con él, así como rehuir y esquivar, así como rehusarse o negarse a hacer algo…

Si tuviera que conjugar lo que una palabra puede significar, podría entender todo lo que no dicen los libros y hacerme de una total y completa locura al tratar de escribir y saber “todos los usos” de una palabra para que digan exactamente lo que yo quiero y que lean exactamente lo que yo quiero. Pero pues soy vulgo… No lo haré.

Extrañar o no extrañar es no estar conforme, enfrentarse a una situación no agradable no deseable, querer que sea diferente, y no estarle restregando al futuro lo que el pasado era y el presente no tiene, porque no tengo más presente que el que no es ya pasado ni es ya futuro, y si lo borro de todas a todas no tengo porque extrañar. Pero entonces tendría que reconocer que estoy haciendo caso a lo que es, el rehusarse y esquivar las cosas, entonces va encajando la palabrita por ahí, porque estoy rehusando lo que no tengo, lo que estoy echando en falta, y que quizá no está porque lo extraditaron, entonces podemos encajarlo. Pero eso de estar extrañando a alguien…

Si le tengo que extrañar pues le dejo de hablar porque se me da la gana, entonces le hecho en falta porque ya no le estoy aventando monólogos insospechados, y no tengo que andar pensando en si está realmente escuchando o no, o retroalimentándome. Pero cuando ya lo extrañé, pues lo extraño porque le echo en falta, y pues quiero volver a comunicarle cosas, pero está extrañado, porque además le va a parecer extraño, raro, curioso, que vuelva. Entonces él va a ser el extrañado, el que me va a extrañar y quizá me eche en falta porque igual y me extrañan de mi país y después ya pierdo todo contacto, luego soy más extrañada porque la tecnología obliga a que se corte la comunicación, y después tengo que estar extrañando gente y conversaciones, y aún más tarde tener que aceptar que me extrañaron y estoy en un país extraño con gente extraña…

Y entonces me extraño de la palabra extrañar y de no extrañar cuando alguien me decía que era lo correcto, cuando se extraña a alguien o lo extrañan o lo extrañan o lo extraño o me extraña y me extraña…

Suerte

Fresh Start



Los inicios siempre son buenos... No hay punto final, y darle continuidad es tan sólo desenterrarse los clavos que no han acabado de abrir la puerta. la llave, sigue guardada, escondida. Por el momento se toca a la puerta, pero las palabras fluyen....
Gracias!!